Si a alguien hay que agradecer que a día de hoy tengamos toda la información o casi toda acerca de la vida y obra de Encarnación Aragoneses ( nuestra querida escritora Elena Fortún) es a la profesora y biógrafa Marisol Dorao, que viajó siguiendo el rastro de la desaparecida autora allá por los años 80.
Elena Fortún ya llevaba tiempo fallecida, murió tras una larga y dolorosa enfermedad en 1952 antes de cumplir los 66 años de edad. Pero sus libros no dejaron de venderse y de leerse, y había muchas personas dedicadas al mundo de la literatura que crecieron leyendo los libros de Celia como Carmen Laforet, Carmen Martín Gaite, Ana María Matute... Y por supuesto, la investigadora Marisol Dorao, que tanto interés suscitó en ella que convirtió su interés y cariño hacia la autora y persona que encarnaba a Elena Fortún, en un proyecto de investigación que años más tarde convertiría en un maravilloso detallado libro llamado Los mil sueños de Elena Fortún, que se trata de la biografía de Encarnación Aragoneses desde su más tierna infancia hasta su muerte.
La investigadora viajó a lugares tan lejanos como las islas Canarias, Buenos Aires y New Jersey donde estuvo alguna temporada Encarna/ Elena Fortún junto a su familia. A Tenerife viajó y vivió dos años junto a su esposo y su hijo mayor, pues su hijo pequeño acababa de fallecer, y fue como un remanso de paz mental para una mente tan atormentada de una madre y un padre que acababan de perder para siempre a su hijo.
Encarna en la parte derecha junto a su hijo Luis
Allí, Encarna descubrió su vocación periodística y literaria. Tras dos años tinerfeños, vuelve a Madrid y, se convertirá en una escritora muy apreciada por el público infantil y adulto de los años 30, hasta que estalla la guerra y huye junto a su esposo a Argentina. Y tras nueve años de exilio, decide volver a España, pero su marido que padecía depresión se acaba suicidando, así que ella decide pasar una temporada junto a su hijo , que vive exiliado junto a su esposa Ana María en New Jersey para después volver a España, concretamente a Barcelona, para pasar sus últimos años de vida y acabar muriendo en Madrid.
En Buenos Aires con amigos
Encarna y Eusebio en Buenos Aires
En 1948 regresa a España
Todo ese rastro que fue dejando le ayudó años después a la investigadora a conocer a personas que formaron parte de su vida, y a recopilar fotografías, agendas, cuadernos, datos de interés, y varios manuscritos inéditos que a día de hoy están disponibles en el archivo de Biblioteca de la Real Academia Española, y en la Biblioteca Digital de la Comunidad de Madrid. Además los tres manuscritos inéditos de Celia en la revolución, Oculto sendero y El pensionado de santa Casilda los podemos encontrar hoy día en las librerías.
A Encarnación le gustaba mucho escribir y anotar el más mínimo detalle en cuadernos y en agendas
Procurar leer libros de Arnold Bennet.
Comprar "Enterrado en vida"
Encarna leía muchísimo. Sobre todo libros de filosofía, historia y de religión
Encarna se encuentra en medio de las dos mujeres que la acompañan
Está de vuelta en España, concretamente en Barcelona
(1950)
Fotografía de cuerpo entero Mercedes y Encarna de jóvenes en Riofrío
Su casa de Chamartín ( ella la llamaba el hotelito)
La acabaría dejando con mucha pena tras el estallido de la guerra
Encarna de niña y sus padres
De joven
Siempre tuvo una sensibilidad especial para con los animales
¡No me digas que la historia no es fascinante! Fue un gran golpe de suerte, pero también de mucho trabajo para poder sacar gran información de su vida mediante cartas, documentos personales, fotografías muy antiguas, pero en muy buen estado de conservación y algún que otro testimonio de sus amigas argentinas Inés Field y Manuela Mur, de la familia tinerfeña amiga del matrimonio Gorbea Aragoneses y de la nuera de la escritora.
Inés Field
Manuela Mur
Ana María Hugh de Gorbea
A veces leyendo sus cartas personales o viendo fotografías de su familia o de una Encarnación jovencísima y decimonónica, me pregunto cómo se sentiría la escritora si llegara a despertar de su largo sueño y no puedo evitar sentirme un poco entrometida y no sé cómo se lo tomaría ( yo que le tengo tanto aprecio), no sé si le haría gracia o se pillaría un cabreo de los mil demonios.
Aunque me gustaría pensar que se alegraría que en la actualidad siga siendo tan querida y una figura histórica más que interesante para muchos de sus lectores. Muchos de sus nuevos lectores, como yo, la hemos descubierto gracias a Oculto sendero, su novela autobiográfica y nos ha ayudado mucho a entender sus contradicciones, y estoy segura de que a muchas mujeres les ha ayudado a comprender también una parte de ellas mismas que no se atrevían reconocer por miedo, su atracción hacia el sexo femenino, su bisexualidad o lesbianismo, como lo queramos llamar.
De todas formas va a ser difícil, pero tampoco se está haciendo un mal uso de sus pertenencias; la utilidad que se le ha dado siempre es claramente con la finalidad de investigar la autoría de ella y de otras muchas mujeres de su época que lo tuvieron muy complicado para desarrollarse como mujeres escritoras, pintoras, artistas, políticas...en una sociedad claramente machista y que aún así pudieron desarrollar sus grandes facultades e intentar ser felices en lo que hicieron y en sus vidas, muchas de ellas, por cierto, muy desdichadas.
Si os interesa el libro, deciros que podéis encontrarlo en la siguiente página web https://www.elenafortun.es/ Es la familia de la propia Marisol Dorao quien lleva ahora la venta de sus libros. Dorao ,que falleció hace unos años, nos dejó un gran regalo.
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