Tras haber leído Celia se casa y Patita y Mila, estudiantes, y haber conocido a Mila, la hermana más pequeña de la familia Gálvez, no he podido resistirme a saber más de esta niña pequeñaja e intrépida que protagoniza este libro infantil de aventuras por varias ciudades españolas que recorre sola y con un perro de acompañante llamado Piolín.
Resulta que desde que comencé a leer los libros de Fortún, especialmente los de Celia, lo hice sin tener en cuenta el orden. Y sus libros realmente tienen un orden cronológico de toda la familia Gálvez de Montalván. Comienza con la historia de Celia en Celia lo que dice, le continúa Celia en el colegio, después Celia novelista, Celia en el mundo y, por último, Celia y sus amigos. Para después seguir con la saga de la familia mediante la voz protagonista de Cuchifritín, el hermano de Celia, y después de Matonkikí, la prima de estos.
Cuando estalla la guerra, Fortún continúa escribiendo y saca a la luz Celia madrecita, para después continuar con Celia en la revolución , que no saldría a la luz hasta 1987 y, acto seguido, estando la autora en el exilio argentino, escribe Celia institutriz en América, libro que nos hará partícipes de las aventuras y desventuras de Celia y su familia para adaptarse a un nuevo mundo y comenzar de cero en un país que separa todo un océano del suyo.
Estando en el exilio Fortún escribirá El cuaderno de Celia, un libro que no forma parte del eje cronológico de la saga, pero que tiene un significado y un trasfondo muy potente. Encarnación Aragoneses ( Fortún) antes de su llegada a Buenos Aires, no se consideraba una persona católica practicante. Desde su infancia siempre tuvo muchos conflictos y cuestiones acerca de la religión debido, principalmente, a que la madre de esta, desde su infancia, había practicado un tipo de religión católica que no casaba con los valores que Encarnación consideraba necesarios para su vida y siempre anduvo buscando una espiritualidad que no encontraba en ninguna parte. Hasta que un día conoció a Inés Field, una mujer de una gran inteligencia y espiritualidad que influyó significativamente en la manera de ser y entender el mundo en el que vivía nuestra escritora.
Y así fue como Encarnación ( Encarna para las amigas, Fortún para los lectores), acogió de nuevo la religión católica como modo de abrazar a aquel Dios que cuidaba de ella y a abrazarse a sí misma. Así fue como nació la idea de escribir un libro en el que, por un lado, abraza de nuevo la religión católica, de la mano de Inés y, por otro lado, intenta consagrarse con la censura franquista de aquellos años, que ya había censurado su libro de Celia en el colegio, por considerarlo de mala influencia para las niñas.
Madrid, 8 de enero de 1949.
Vuelvo a leer tu carta y esas admirables palabras "Tú eres una creación de Dios, no una invención tuya..." son de una sabiduría que me traspasa de paz.- Le escribe Encarna a su amiga desde España tras haber vuelto del exilio y haber recibido la noticia del suicidio de su marido en Buenos Aires, mientras ella le esperaba en su casa de Madrid.
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Encarna o Elena Fortún, por aquellos años, además de escribir El cuaderno de Celia, y de publicar también El arte de contar cuentos a los niños, comenzó a escribir las andanzas de Mila, la hermana pequeña de Celia, porque esta primera, ya no es una cría, y, por tanto, según la autora, su vida ya no le interesaría a los niños y niñas lectores. Para ello, decidió comenzar con Mila, la hermana pequeña de Celia, que primeramente se publicaría en el suplemento de la revista SEMANA, pero como tuvo tanto éxito, enseguida se hizo en formato libro, y el editor de la casa Aguilar, donde Fortún siempre había publicado, le animó a la autora a continuar con las aventuras de Mila, y así fue como nació Mila, Piolín y el burro.
Así lo deja claro en una entrevista que le hizo la periodista Josefina Carabias a Elena Fortún tras su llegada a España, concretamente a Madrid, donde llegó en primavera y permanecerá allí hasta diciembre, tras el comunicado del fallecimiento de su esposo.
FRAGMENTO DE LA ENTREVISTA
Diario, 6/8/1948
Elena Fortún, la creadora de Celia, acaba de llegar de Buenos Aires y trae en su maleta dos nuevos personajes. Son estos: Mila, la hermana menor de Celia, y Piolín, su perro.
-Y... ¿va usted a tener el valor de "matar" a Celia, esa niña tan salada que es más popular que usted misma?
-No me hable usted a mí de matar a nadie, por Dios... y menos a esa criatura mía. pero... Hágase cargo. Celia ya es una mujer. Tiene más de veinte años y no es posible que sus cosas sigan haciendo gracia a los niños. Después de haberla hecho crecer, no puedo ahora volverla hacia atrás. Los niños se llamarían a engaño.
Es verdad. Los niños creen tan ciegamente en la existencia de Celia, que hay que andar con mucho ojo con ellos. Y no solo con los niños...Hay muchos mayores también que leemos los libros de Elena Fortún, porque nos divierten y porque en ellos se descubre el maravilloso secreto del escribir sencillo y llano.
-Hay también personas adultas- continúa diciéndome Elena Fortún-que creen en la existencia de Celia. Yo no podía creerlo; pero verá usted lo que me pasó hace poco en la peluquería. Estaba yo arreglándome la cabeza y , de pronto, la joven que me atendía me preguntó muy seria: "¿Cuántos años tiene ya Celia, señora?" Yo, creyendo seguir una broma, respondí: "Más de veinte". "Ah... pues estará ya muy guapa", respondió la chica, "Y, dígame usted, "¿no se casa? ¿no tiene novio?". "El editor quiere que la casemos"- dije yo- "Pero...no sé, no sé qué hacer".
La muchacha abandonó entonces las horquillas que me estaba poniendo en el pelo y me dijo que era un disparate querer casar a Celia a la fuerza, y que no lo conseguiríamos, porque una niña tan independiente no se dejaría manejar por nosotros. En fin, que me di cuenta de que aquella chica no había pensado nunca que Celia fuera yo misma y que me había tomado simplemente por su madrina. Arreglé la cosa diciéndola que Celia no se casaría más que con un hombre estupendo y que fuera de su gusto y tuve que prometerla que un día llevaría a la "niña" a aquel establecimiento para que le hicieran los bucles.
-Supongo que los niños de Buenos Aires serán ya también amiguitos de Celia...
-No crea. Intenté sacarla en los periódicos, pero me dijeron que los niños de allá no se interesarían por una criatura que hablaba de forma tan distinta a ellos. No me quedaban, pues, más que dos soluciones: o hacer que Celia dijese "mucama", "pollera", y "macanudo", "ché"... lo cual equivaldría a desnaturalizarla, a convertirla en gallega, ya que para el vulgo de la Argentina somos gallegos todos los españoles. Para mi asistenta, yo era "gallega de Madrid" , como otros son gallegos andaluces o gallegos vascos. Pero gallegos todos. En vista de eso, yo opté por dejar a mi Celia en España hablando como había hablado toda la vida.
-Y esta Mila que usted va a sacar ahora, ¿cómo es?
-Pues ya le he dicho que es la hermana pequeña de Celia. Creo que es menos inteligente que la otra, y , desde luego, muy preguntona. Lo más simpático de ella es que quiere mucho a los animales y que me ha salido de una intrepidez que a mí misma me asusta. Voy a tener que atarla en corto.
-Observo, Elena, que habla usted lo mismo que la peluquera. ¡Cualquiera diría que se trata de hijas de carne y hueso!
-Es que nuestros hijos de papel a veces nos salen tan díscolos como los hijos de verdad. Usted no puede figurarse lo que yo he tenido que luchar con Celia algunas veces. Todos los que escriben saben muy bien de qué forma el autor se ve a veces esclavizado por sus personajes.
-¿Y cuándo sale el libro de Mila y Piolín?
-Esos dos tipos son unos desconocidos que no tienen derecho a libro todavía. Por el momento, van a probar fortuna en los periódicos, que es donde hacemos los escritores nuestras primeras armas.
Saldrán en SEMANA igual que Celia, en sus tiempos, salió en Blanco y Negro. Veremos si corren la misma suerte.
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En esa entrevista Elena Fortún deja constancia de que está escribiendo Mil y Piolín y, a la vez, está planteándose comenzar con Celia se casa que, finalmente, no la comenzará hasta el año 1949, tras el fallecimiento de su marido y durante su estancia en New Jersey con su hijo. Dicha novela que dará voz a Mila, también protagonizará el otro anteriormente citado, y el de Patita y Mila, el último de la colección.