El pasado día 23 fue el día del libro. A mí me pilló trabajando y no pude celebrarlo acudiendo a una librería y a una floristería a por una rosa, como sí hacen nuestros vecinos catalanes. Días más tarde, me he propuesto volver al blog para compartir con vosotros algunos versos como regalo.
La poesía no está tan presente en nuestro día a día como sí lo están las novelas. Quizá porque no está dirigida única y exclusivamente para entretener, como sí que es el caso de algunos libros de ficción, sobre todo los más comerciales.El género lírico es muy personal y posiblemente cada uno de nosotros al leer un poema podemos interpretarlo según nuestro lado más egocéntrico.
Desde mi modo de ver, en muchos casos también es una ayuda a la hora de aliviar un corazón roto, o a la hora de encontrar una solución a un dilema, o por el contrario, puede llegar a fomentar emociones y sentimientos de gozo y placer, como cuando estamos enamorados.
Y es por ello que, aunque no sea experta en ello, considero que hay poemas no tan reconocidos que son de una gran profundidad y de una gran carga emotiva que me encantaría que conocierais y los apliquéis a vuestra realidad.
Lo que vale una vida
Estoy en esa edad en la que un hombre quiere,
por encima de todo, ser feliz, cada día.
Y al júbilo prefiere la callada alegría
y a la pasión que mata, la renuncia que hiere.
Vivir entre las cosas,mientras que el tiempo pasa
-cada vez menos tiempo para las mismas cosas-
y elegir las que valen una vida: las rosas
y los libros de versos, y el viaje y la casa.
Hasta ahora he vivido perdido en el mañana
-seré, seré, decía-o en el pasado-he sido
o pude ser, pensaba- y el mundo se me iba.
Ahora estoy en la edad en la que una ventana
es cualquier aventura, y un regalo el olvido.
Ya no quiero más luz que tu luz mientras viva.
(Rafael Juárez)
Este poema me emociona especialmente porque, según mi modo de ver, nos habla de la fugacidad de la vida y del paso del tiempo. Así como de la cantidad de horas, y sobre todo de momentos que perdemos preopcupados en el pasado o en el futuro. Dado que vivimos en la sociedad occidental caracterizada por el consumismo del tiempo -y hasta de la belleza-, nos hemos olvidado de lo esencial, aunque todavía conservamos momentos de lucidez en los que nos damos cuenta y decidimos parar y reconocer lo que realmente vale una vida: el amor. El amor a la vida, al otro, al vecino, al compañero, a la familia, a los amigos, a los enemigos ( aunque esto es más complicado) a los demás seres que habitan en el mundo, a la naturaleza... y al arte.Yo lo tengo claro y espero que tú, que me estás leyendo, también llegues a sacar tus propias conclusiones.
Desde pequeños nos meten en la cabeza que la vida es una competición y que hay que conseguir todos nuestros "sueños" porque si no eres un fracasado y tu vida no vale nada. Pero lo que no te dicen es que todo es mucho más sencillo y bello de lo que parece, lo que pasa es que algunos se están encargando de que la vida se convierta en un puro valle de lágrimas y sangre, mientras ellos se bañan entre oro.
¿Qué se puede hacer al respecto? Luchar por la verdad, la justicia, la belleza y el amor mediante pequeñas acciones y el ejemplo, aunque somos frágiles y nos equivocamos a diario. Dejando un mejor legado a nuestros hijos y a los siguientes que vendrán. Quizá nosotros no lleguemos a ver el cambio de paradigma, pero tenemos que hacerlo por ellos, por los demás y por todos. Como veis la poesía también nos puede enseñar, motivar e impulsar a ello. Porque, al fin de cuentas, es la música del alma y eso nadie nos lo podrá arrebatar jamás.
Espero que os haya calado su lectura.
Gracias por leer y por quedaros.
Referencias bibliográficas:
Ansón, L.M.(2020).Antología de las mejores poesías de amor en lengua castellana:La esfera de los libros