Una escapada cultureta.
Se va a cumplir un año de la visita que hicimos mi prima y yo durante tres días de verano a la ciudad de Madrid. Fue una excursión cultural exprés, por todos los rincones de la ciudad que quisimos visitar y la verdad es que nos lo pasamos muy bien. Íbamos solas: éramos libres de decidir qué hacer y a dónde ir, sin prisas, sin agobios y sin compromisos.
A ella lo que más le gustó fue pasear por el Parque del Retiro, y a mí imaginarme por un momento que estaba viajando por el pasado y visitando a mis queridas artistas de una época no tan lejana como parece.
Mujeres inteligentes, sensibles y a la vez valientes que lucharon por hacer realidad su sueño: dedicarse a la pintura, a la escritura, a la poesía... Estoy hablando de Las Sinsombrero, o también conocidas como las mujeres ocultas de la Generación del 27. Artistas tristemente muy olvidadas durante años, pero que ahora, poco a poco editoriales, librerías y lectores las están volviendo a sacar a la luz para volver brillar. Si levantaran la cabeza, muchas de ellas estarían contentas, pero es una pena que se haya tardado tanto en leerlas, y lo que es peor, ni citarlas en las clases de historia o literatura.
Ya sabéis mi admiración hacia la escritora Elena Fortún, y ese viaje, en parte, se realizó con la idea de visitar todos aquellos lugares que frecuentó, o que aparecen en sus libros. Leyendo e investigando para poder escribir sobre este escritora para el blog, descubrí a Las Sinsombrero, y desde ese momento no pude evitar seguir descubriendo más información y datos interesantes sobre ellas. Conocí a escritoras y poetas como por ejemplo a Concha Méndez, Ernestina de Champourcín; pintoras como Ángeles Santos, Maruja Mallo o Dhely Tejero y otras escritoras como Luisa Carnés o María de Lejárraga, entre otras de las que no he tenido el gusto de leerlas y saber mucho sobre ellas, pero ya lo haré y lo compartiré por aquí.
¡Vamos al museo!
Visitamos el Museo Reina Sofía aprovechando que teníamos la entrada gratuita a partir de las 19:30 de la tarde, aunque después del desastre no lo recomiendo, porque no nos dio tiempo a verlo entero y estuvimos visitando las salas deprisa y corriendo. Menos mal que, al menos, nos dio tiempo a ver la sala que nos interesaba más, o, al menos, a mí. Quería ver en persona los cuadros de Ángeles Santos, sobre todo y de todas aquellas mujeres artistas.
Título del cuadro: La cola interminable
La imagen que veréis a continuación, no es el cuadro original, es una lámina que compramos allí, pero , creo que se aprecia bien la obra. Es inmensa y muy etérea. Parece un sueño celestial, un viaje onírico con ángeles , hadas y marcianos. Representa, por lo que pude aprender la vida de la pintora, desde su más tierna infancia hasta su etapa más adulta, aunque se ha de decir que este cuadro lo pintó a los 18 años. ¡Menuda genio!
La historia es un poco triste, porque después de hacerse conocida tras la exposición de estos cuadros, a finales de los años 20, su familia decidió llevarla a un centro psiquiátrico, pues la descubrieron hablando sola. Después de esa mala experiencia, la pintora no volvió a hacer cuadros de este estilo, porque decía que le ponía triste acordarse de esa época.